Expertos reconocieron que el gran experimento no estará operativo por al menos dos meses. Además, en el invierno boreal se cierra para ahorrar energía.
Por al menos dos meses estará apagado el Gran Colisionador de Hadrones (LHC), el experimento científico más grande y más caro del mundo, reconocieron ayer los científicos del Centro Europeo de Investigación Nuclear o CERN, en Ginebra.
La suspensión hace muy difícil que la máquina consiga colisiones de protones de alta energía en la máquina antes de que finalice el año, la gran esperanza de los físicos del proyecto. "Es demasiado pronto para decir si tendremos colisiones este año", dijo James Gillies, jefe de comunicaciones para el CERN, a través de un correo electrónico a The New York Times.
La fecha de reapertura podría postergarse hasta al menos marzo próximo, ya que el laboratorio contempla apagarse durante el invierno para ahorrar dinero en electricidad.
A través de un comunicado oficial en su sitio web, el organismo internacional señaló que el viernes se produjo la fuga de una tonelada de helio líquido en el sector 34 del túnel del LHC, que se ubica entre los detectores Alice y CMS.
No hubo riesgo
Según las investigaciones preliminares, el viernes, mientras probaban unos circuitos eléctricos, una conexión defectuosa aumentó la temperatura de cien de los imanes, de los cuales al menos dos se derritieron.
El helio, que se utiliza para enfriar los imanes superconductores, se filtró en el túnel afectando las condiciones de vacío.
"En ningún momento hubo riesgo para las personas", destacó el CERN, que señaló que se ha abierto una investigación completa sobre el incidente y que el sector afectado deberá calentarse para hacer las reparaciones necesarias. Los imanes funcionan a -271 grados centígrados o dos grados por encima del cero absoluto, por lo que el lugar deberá calentarse para repararlo, lo que demandará como mínimo varias semanas.
El enfriamiento posterior tomará otro tiempo parecido. Tales trabajos implicarán un retraso "mínimo de dos meses", según la declaración.
En el LHC, un túnel circular de 27 kilómetros entre Francia y Suiza, los físicos del CERN pretenden recrear los instantes posteriores al "Big Bang" mediante la colisión frontal de partículas a prácticamente la velocidad de la luz.
Uno de los grandes objetivos es descubrir el hipotético bosón de Higgs, llamado por algunos "la partícula de Dios". Su existenci se considera indispensable para explicar por qué las partículas elementales tienen masa y por qué las masas son tan diferentes entre ellas.
Por ello, más de 10 mil científicos de todo el mundo trabajan en el proyecto, tanto en la investigación física como en el procesamiento de la avalancha de datos que se generarán. Cada experimento programado tendrá 600 millones de colisiones por segundo, cuya información hay que procesar.
Sólo las 100 colisiones más interesantes por segundo serán almacenadas. Para poder separar los datos útiles de los que no sirven, cada experimento cuenta con un gran equipo de ingenieros programadores.
El primer filtro serán los mismos detectores, que enviarán los datos más importantes al enorme cerebro central ubicado en el CERN. Éste cuenta con 30 mil procesadores.
Desde ahí, la información se envía a los once centros mundiales que forman la punta de lanza de la "Grid": la red que conecta a diferentes universidades y centros de investigación con suficiente capacidad computacional para participar del proyecto.
Nuestra Universidad Federico Santa María pertenece a ella, específicamente a la "Grid" del detector ATLAS.
Retraso menor
Una serie de percances, entre ellos la falla de un transformador eléctrico de 30 toneladas ocurrida hace una semana, ha retrasado los progresos del LHC desde entonces.
Los físicos dijeron que estos reveses son parte inevitable de la puesta en marcha de una máquina grande y complicada, que ha costado sobre 7 mil millones de dólares (alrededor de 3 billones de pesos) y tomado décadas en completarse.
"Esto es sólo un hecho desafortunado de la vida en la puesta en marcha de una máquina como el LHC", dijo el doctor Gillies, vocero del CERN.
El retraso al menos dará la posibilidad para que los expertos a cargo de ATLAS y CMS, los principales detectores del colisionador, se pongan al día.
Anteriormente, algunos científicos ligados al proyecto reconocieron que sus equipos -que compiten entre ellos- todavía no estaban listos.
Y por si eso no fuera suficiente consuelo, la gala de inauguración prevista para el 21 de octubre se llevará a cabo de todas maneras, señaló Gillies.
EN INTERNET
El proyecto:
www.cern.ch
Un choque fascinante
Las partículas en la forma de dos haces de protones viajarán en direcciones opuestas y casi a la velocidad de la luz a través de un tubo inserto en el túnel. Recorrerán los 27 km del círculo 11.245 veces por segundo, hasta chocar dentro del detector. La energía de colisión llegará a los 14 TeV (teraelectrones voltio).
El electrón voltio o eV es una unidad de energía. Por ejemplo, los rayos X de una radiografía usan una energía de 50 KeV. El vuelo de un mosquito produce cerca de 1 Tera-eV o TeV (20 millones de veces más que la radiografía).Pero un protón es un billón de veces más pequeño que un insecto y recorrerá el acelerador con 7 TeV de energía. En el choque, los protones sumarán sus energías. Los inmensos detectores, ensartados como anticuchos por el tubito, registrarán las colisiones.
Para lograr ese encontrón, el tubo del acelerador fue mejorado con 1.800 imanes superconductores. A diferencia de los magnetos comunes, éstos conducen electricidad a muy baja temperatura sin producir resistencia y logran campos magnéticos mucho más fuertes. Estos imanes requieren estar a -271 °C y cada sección demora un mes en lograr tal temperatura.
Agujeros inofensivos
Los agujeros negros se forman cuando ciertas estrellas mayores a nuestro Sol colapsan en sí mismas al fin de sus días. Concentran un gran monto de materia en un espacio muy pequeño. Se ha especulado que en el LHC se podrían producir agujeros negros microscópicos debido a la colisión de un par de protones. Pero si llegara a ocurrir (y la teoría de la relatividad de Einstein lo descarta), su energía sería comparable a la de un mosquito en vuelo y, además, se desintegraría casi de inmediato, por lo que no tendría tiempo para causar algún efecto comparable al de los agujeros negros convencionales.
LABORATORIO
POR LA ACCIÓN de los rayos cósmicos, en el universo se producen apróximadamente unos 10 millones de experimentos similares a los del LHC por segundo.
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